En Chicago, aproximadamente una quinta parte de las 764 víctimas mortales en 2016 tenía 19 años o menos. Los investigadores han observado que la mayoría de los homicidios de jóvenes se deben a disputas que terminan en tragedias. Con frecuencia, la provocación parece insignificante, mientras que la respuesta es casi automática. Ayudar a los jóvenes a evitar comportamientos automáticos en este tipo de situaciones de alto riesgo resulta ser una estrategia prometedora para disminuir la violencia juvenil.

A un grupo de jóvenes varones estudiantes de bachillerato (y algunos de escuela primaria) de zonas de bajos ingresos de Chicago se les ofreció participar en el programa “Convirtiéndote en hombre” (Becoming a Man, o BAM, por sus siglas en inglés) de la organización sin fines de lucro Youth Guidance. Se les ofreció la oportunidad de participar en pequeñas sesiones grupales de una hora durante el horario escolar, las cuales se llevaron a cabo semanalmente durante uno o dos años escolares (27 a 45 sesiones). En el primer estudio de BAM (2009-10), a los jóvenes se les ofreció la oportunidad adicional de participar en programas deportivos extracurriculares, cuyo objetivo era incrementar la participación en el programa BAM y reforzar sus lecciones.

Los instructores del programa eran hombres con educación universitaria. Las actividades más relevantes del plan de estudios de BAM incluían: actividades de inmersión/experimentales, actividades reflexivas/introspectivas, juegos de rol, desarrollo de aptitudes, e historias y discusión. A continuación, se describen algunos ejemplos de cada una:

Ejercicio “El puño”

Un ejercicio de confianza

En dos pruebas aleatorizadas se observó que la participación en el programa redujo entre 28-35% el total de arrestos durante la intervención, entre 45-50% los arrestos por delitos violentos y entre 37-43% los arrestos por otros delitos, además de que mejoró el involucramiento escolar. Asimismo, la tasa de estudiantes de bachillerato que se gradúan a tiempo se incrementó 19%.

Los investigadores también estimaron que la relación costo-beneficio del programa es de hasta 1 a 30, con base en los beneficios sociales de la reducción de la delincuencia.

¿Quieres implementar este diseño en tu propio trabajo? He aquí algunas cosas a considerar antes de empezar:

• ¿Los catalizadores conductuales del problema que intentas solucionar son similares a los descritos en la sección de Desafío de este proyecto?
• ¿Es viable adaptar el Diseño para abordar el problema que te interesa?
• ¿Podrían existir barreras estructurales que impidan que el diseño tenga el efecto deseado?
• Por último, sugerimos que te asegures de monitorear, poner a prueba y emprender pasos para iterar los diseños con frecuencia, ya sea al adaptarlos a un nuevo contexto o al escalarlos, de modo que te asegures de su efectividad.

Asimismo, toma en cuenta las siguientes observaciones hechas por los investigadores de este diseño:

• El componente clave de la intervención consiste en ayudar a los jóvenes a reflexionar sobre su forma de tomar decisiones de forma menos automática y más reflexiva. La intervención no busca cambiar las reacciones de los jóvenes de manera uniforme, sino ayudarlos a aprender a identificar situaciones en las que podrían tomar las cosas con calma y considerar si su interpretación de la situación es la correcta y si sus suposiciones y reacciones automáticas son útiles.
• Alrededor de la mitad de los estudiantes a quienes se les ofreció aleatoriamente el programa BAM participó en él (asistió al menos a una sesión); mantener a los jóvenes involucrados en el programa es importante para lograr su efectividad. Es importante priorizar la contratación de personal con buenas habilidades para involucrar a los jóvenes y que tengan experiencias similares a las de ellos o que provengan de barrios similares a aquellos en los que trabajarán.
• El tamaño de cada grupo debe ser pequeño (no más de 15 estudiantes por sesión) para poder desarrollar las relaciones interpersonales.