La eliminación de desechos sólidos representa una inmensa carga ambiental que suele asociarse con emisión de gases tóxicos, contaminación del agua, consumo de energía, degradación de hábitats naturales y biodegradación. En 1989, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) anunció la meta nacional de disminuir el uso de rellenos sanitarios; adicionalmente todos los estados de Estados Unidos han aprobado leyes que exigen que las ciudades disminuyan la cantidad de basura que se entierra en rellenos sanitarios. Programas de recolección y reciclaje de residuos en vecindarios es la estrategia más común para lograr este fin. El reciclaje tiene el potencial de impedir que miles de toneladas de materiales reusables vayan a dar a tiraderos de basura. No obstante, muchas ciudades han llegado a un techo en el nivel de efectividad de sus programas de colección y reciclaje de basura.

El estudio incluyó 605 viviendas unifamiliares en los suburbios de Los Ángeles, las cuales fueron seleccionadas a partir de datos del censo de 1990 para que fueran representativas de zonas de estatus socioeconómico alto, medio y bajo, con base en el valor de las propiedades. Una semana antes de la intervención, la mayoría de los residentes recibió una solicitud, un mensaje verde colgado en la perilla de la entrada principal que decía: “Un grupo de voluntarios realizará un estudio sobre reciclaje. Su hogar ha sido seleccionado como parte de una muestra más grande de residentes de La Verne … Para que La Verne logre conseguir los beneficios del reciclaje, procure reciclar tanto como sea posible”.

Los hogares recibieron una de tres series de avisos verdes colgando en su puerta durante las siguientes cuatro semanas:

• Retroalimentación individual por escrito – Los residentes recibieron retroalimentación sobres sus propios comportamientos de reciclaje, incluyendo la cantidad de cada material recolectado en su casa la semana anterior, la cantidad de cada material recolectado durante la semana en curso y la cantidad total de cada material recolectado a lo largo del estudio. Esta información se imprimió en los avisos que se colgaron en las puertas de los hogares entre 2 y 4 horas después de que de haber realizado las observaciones.
• Retroalimentación grupal por escrito – Los residentes recibieron retroalimentación sobre su zona residencial, incluyendo la cantidad recolectada de cada material durante la semana en curso, la cantidad total de cada material recolectado a lo largo del estudio y el porcentaje de hogares que participaron cada semana. La retroalimentación se ofreció en términos de cantidades recolectadas y participación semanal promedio.
• Información – Cada semana se ofreció un tipo de información distinta: (1) tipo de materiales considerados como reciclables según el programa de reciclaje en curso de La Verne; (2) materiales no reciclables, y contaminantes comunes; (3) descripción del proceso de reciclaje, desde la recolección hasta el reúso de los materiales; (4) información sobre la energía y la conservación de rellenos sanitarios como consecuencia del reciclaje.

Las casas fueron divididas de forma aleatoria en cinco grupos de alrededor de 120 casas cada uno a los que se les entregaron los siguientes avisos colgantes en sus puertas: 1) únicamente la solicitud; 2) solicitud y retroalimentación individual durante 4 semanas; 3) solicitud y retroalimentación grupal durante 4 semanas; 4) solicitud e información durante 4 semanas; y 5) ningún aviso. El grupo de investigación observó la participación en el programa de reciclaje, las cantidades recolectadas de cada material reciclable y la calidad de los residuos recolectados de cada hogar durante un periodo de 8 semanas previas a la intervención, durante las 4 semanas que duró la intervención y durante otro periodo de 4 semanas después de haber finalizado la intervención.

La prueba controlada aleatorizada halló que tanto los colgantes con retroalimentación individual como aquellos con retroalimentación grupal incrementaron la cantidad de materiales reciclados, así como la frecuencia de participación en el reciclaje. La cantidad de materiales que los hogares participantes reciclan se incrementó 23% para aquellos que recibieron retroalimentación individual, y 19% para los que recibieron  la retroalimentación grupal. La participación en el reciclaje tanto de los hogares que recibieron retroalimentación individual como la de los que recibieron retroalimentación grupal aumentó de forma significativa (p<.01) después de finalizada la intervención en comparación con el período pre-intervención, de 43% a 49% y de 42% a 50%, respectivamente. Ni el aviso colgantes con información, ni el aviso con la solicitud provocaron cambios significativos por sí solos.

¿Quieres implementar este diseño en tu propio trabajo? He aquí algunas cosas a considerar antes de empezar:

• ¿Los catalizadores conductuales del problema que intentas solucionar son similares a los descritos en la sección de Desafío de este proyecto?
• ¿Es viable adaptar el Diseño para abordar el problema que te interesa?
• ¿Podrían existir barreras estructurales que impidan que el diseño tenga el efecto deseado?
• Por último, sugerimos que te asegures de monitorear, poner a prueba y emprender pasos para iterar los diseños con frecuencia, ya sea al adaptarlos a un nuevo contexto o al escalarlos, de modo que te asegures de su efectividad.

Asimismo, toma en cuenta las siguientes observaciones hechas por los investigadores de este diseño:

• La motivación es considerada como un determinante de peso para llevar a cabo el reciclaje. Una posible fuente de motivación son las normas sociales: el conjunto de creencias acerca del comportamiento ajeno. Las normas descriptivas son creencias sobre lo que la otra gente está haciendo, mientras que las normas personales implican la sensación de estar obligado a actuar de cierta manera en situaciones específicas. Existe una extensa evidencia en la literatura de que las normas ayudan a determinar el comportamiento, en particular cuando son activas. La activación implica hacer que las normas sean prominentes (salient) en contextos particulares, y una de las estrategias más concretas para activar las normas es la retroalimentación. Las intervenciones de retroalimentación se definen como “acciones emprendidas por (un) agente(s) externo(s) para proveer información con respecto a cierto(s) aspecto(s) nuestra del desempeño en una tarea”.
• Los hogares se seleccionaron a partir de datos del censo de 1990 para que fueran representativos de zonas de estatus socioeconómico alto, medio y bajo, con base en el valor de las propiedades. No se observaron diferencias significativas entre hogares de distintos estatus socioeconómicos.
• Los hogares se agruparon en pequeñas áreas contiguas de diferentes tamaños, de entre 5 y 16 casas. Este procedimiento agrupó geográficamente a los hogares para reducir al mínimo las discusiones entre residentes de distintas condiciones (y disminuir así la posible difusión sobre las diferentes intervenciones).
• Los costos de la intervención incluyen los materiales (avisos colgados en las puertas), el trabajo manual (observación y diseminación) y la planeación (organización y calendarización). Los avisos costaron alrededor de $2.50 c/u, incluyendo los costos del material y la impresión. El tiempo requerido para el trabajo de distribuir las intervenciones fue de aproximadamente 1.5 horas por cada 100 hogares. Las observaciones semanales requirieron alrededor de 1.5 horas por cada 100 hogares. La preparación de los materiales de intervención requirió alrededor de 1 hora por cada 100 hogares para la retroalimentación individual y 0.5 horas por cada 100 hogares para la retroalimentación grupal.
• Los costos de trabajo manual difieren de forma sustancial según el tipo de intervención: la retroalimentación individual requirió aproximadamente 40 horas de trabajo por cada 1,000 hogares, la retroalimentación grupal requirió alrededor de 35 horas, la intervención informativa requirió unas 15 horas,  y unas 15 horas la intervención que incluía únicamente la solicitud. Si se estima el costo del trabajo manual con base en el salario mínimo ($5/hora en 1999), los costos de trabajo semanal por cada 1,000 hogares son $200 para la condición de retroalimentación individual, $175 para la retroalimentación grupal, $75 para la intervención informativa y $75 para la intervención de la solicitud únicamente. Las intervenciones podrían ser menos costosas si se desarrollaran procedimientos de diseminación que requieran menos trabajo manual.
• Aunque las intervenciones que incluían retroalimentación incrementaron de forma significativa la frecuencia de participación y las cantidades de material reciclado, ninguna de las intervenciones disminuyó con éxito la cantidad de contaminación (cualquier material colocado en bandejas de reciclaje distinto a los de la siguiente lista: periódico, vidrio, plástico y latas de metal).